FÁBULAS


Lobo hambriento

En una cueva, la loba llegó con comida para sus cachorros y como era invierno la comida era muy escasa, porque la mayoría de los animales del bosque invernaban, la madre vio a sus cachorros muy hambrientos y como no le gusto verlos así, decidió ir por más comida para sus pequeños.
Los pequeños cachorros eran dos, estaban dormidos, despertó uno y vio la comida, pensó que su hermano ya había comido por lo que decidió guardar su parte para después y se volvió a dormir, el otro cachorro despertó y  no vio nada de comer así que se volvió a dormir otra vez, de repente regresó la madre con más comida para ellos, y se fue a buscar algo para ella, así que despertó el cachorro que guardó su comida y no tenía hambre, pero por si las dudas decidió esconder toda la comida antes de que se la acabasen y volvió a dormir para comer mas tarde, cuando quedó profundamente dormido el cachorro hambriento estaba buscando más comida, porque había encontrado migajas y una ración de comida por lo que acabo con ella y volvió a dormir, el otro cachorro despertó muy hambriento y fue a buscar su alimento, pero no la encontró, así que por su rabia peleó con su hermano, él sin comprender su furia le preguntó qué le pasaba y él le dijo que tenía hambre, pero este le ofreció una ración que se había encontrado y guardó para los dos, comieron y jugaron en la nieve todo el día hasta que llegó su madre. La ambición te da hambre y esta la quita la comida y una buena relación.


Autor: Mario Maldonado García


El gato envidioso

En la gran ciudad de Tecamachalco existía una gran banda de gatos los cuales se reunían todas las noches para obtener comida de la basura, pero de estos gatos había uno que era muy envidioso y quería comer mas que los demas gato, pero era muy perezoso y nunca buscaba comida solo llegaba donde encontraban sus amigos, les robaba todo y no compartía nada, una ocasión cuando el gato estaba comiendo y no compartía, de repente llego un búho muy sabio que le dijo "no hagas lo que no quieras que te hagan" comparte tu comida, te sobra, y ya estas lleno, pero el gato le dijo: "estas loco". Se cambió de barrio a vivir donde los gatos eran más grandes que el. Una ocasión encontró un gran motín de comida que pensaba que solo se lo comería, pero un gato se acercó a ver y le dijo: del otro lado hay miles de kilogramos de comida, entonces por querer comer más fue a ver dejando solo la comida que había encontrado. Al llegar al otro lado se dio cuenta que lo habían engañado y al querer regresar por su comida, el gato que le mintió se la estaba comiendo, este gato se puso de envidioso y no le dio nada entonces aprendió que "no es bueno ser envidioso porque algún día te lo harán y no te gustará"
Autor: Christian Nava Hernández


EL LOBO SOLITARIO

En cierta parte de las profundidades del bosque se encontraba un lobo que nunca estaba con alguien más, odiaba a todos, comía solo, caminaba solo, viva solo. Cuando alguien le habla de los demás animales del bosque él les gritaba: “Te desagarrare con mis dientes y serás mi comida” como siempre hacia eso con todos llego el momento en el que ya nadie le hablaba.
Un día en la tarde cuando el lobo estaba comiendo un trozo de carne se le atoro un hueso en la garganta, cerca de ahí estaba sobrevolando la cigüeña noto que el lobo estaba en problemas ya que solo veía como se arrastraba en el suelo y se sujetaba la garganta, la cigüeña se acercó, lo miro y el lobo le hizo señas, la cigüeña como un buen gesto con su pico perforo la garganta, como si fuera un pez espada, entro, saco el hueso de la garganta, limpio, cosió, y sano el lobo. La cigüeña amablemente le pido algún tipo de recompensa o paga por haberle salvado la vida, el lobo ingrato y egoísta contesta: “¿una recompensa? Que mejor que dejarte con vida y poder contar que estuviste en contacto conmigo”. El lobo se marcha sin más que decir dejando a la cigüeña con enojo y decepción.
A los pocos días el lobo muere por la misma causa, nadie lo quiso ayudar por su egoísmo e ingratitud. Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa mas que en si mismo
Autor: Naason Adoraim Castillo Vazquez

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